Están reposando desde algún tiempo atrás en un estante-tan igual como los otros libros de editoriales renombradas que inundan de publicidad la librería-, las obras de escritores poco conocidos impresas con el sello de editoriales también poco conocidas. Libros que además del contenido, cargan los anhelos de las personas que los elaboraron y que esperan que se vendan. Porque solo ellos saben cuan difícil les fue publicar sus obras.
Para conocer mejor cómo se publica un libro, y por qué muchas veces es complicado hacerlo, un escritor y un editor, ambos jóvenes, nos comentan de esta abnegada y vanidosa labor para llegar a ver sus creaciones impresas en papel.
“Aquí murió el payaso”, se llama el libro que publicará pronto Rafael Robles, quien nos comenta las dificultades que tiene que soportar por segunda vez para ver su libro en un estante –o tal vez pirateado, como también le gustaría verlo- .
“Al principio es difícil, sobre todo si eres nuevo, pues tienes que enviar tu material, ver si a la editorial le gusta y que esté de acuerdo con la línea que manejan”, nos comenta. Además que es muy difícil, sino imposible publicar en una editorial grande como Alfaguara, Planeta o Norma, ya que éstas tienen objetivos más empresariales.
Sin embargo, las nuevas editoriales apoyan mucho el trabajo de las personas que se toman un tiempo para crear, y que con la misma tenacidad con la que escribieron intentan mostrar el fruto de sus pestañas caídas. Y son éstas las que reciben los trabajos, los evalúa y deciden si se debería publicar o no.Son los escritores –más si son nuevos- quienes pagan el derecho de piso, financiando su libro, nos dice Rafael.
“Lo que hacen las editoriales es jugarse el nombre , claro, tampoco publican cualquier cosa...”Son pocos los escritores que han tenido la suerte de que su libro se publique sin muchos obstáculos, pero el resultado y las buenas críticas compensan el accidentado camino hacia la anaqueles de una librería.
EL QUE EDITA
Gabriel Rimachi Sialer es director de la editorial Casatomada y escritor. Cuando nos habla del trabajo editorial nos dice que no es una tarea fácil, alrededor de una docena de libros llegan a la editorial con la esperanza de ser publicados, pero tiene que decirle que no a muchos.
Él también estuvo en las mismas un tiempo, cuando era más joven y no había publicado, así que sabe del tema.Su trabajo como editor es mover el libro en los medios, la prensa, hacer la presentaciones, colocarlo en las librerías y demás, siempre y cuando el libro haya sido seleccionado y el escritor haya aceptado la ‘gerencia editorial’ para imprimir sus libro.
Gerencia editorial significa que el autor financia los gastos de la imprenta. Pero, a pesar de la selección y edición, y la gerencia editorial a la que el escritor se tiene que someter, el éxito nunca es seguro, y es que las últimas palabras las tiene el lector. “Está es un trabajo de alto riesgo”, explica Rimachi.Por otro lado, el trabajo del editor no es cortar libros porque sí, menos cambiar la estructura. O se acepta y se hacen observaciones, o se rechaza de la misma manera, ya que el objetivo principal de las nuevas editoriales es llevar calidad a los lectores peruanos y acercarlos a la lectura -que por unas decenas de soles se nos aleja-.